Mind, Felicidad en el trabajo y ...

MINDFULNESS, FELICIDAD EN EL TRABAJO Y VENTAJA COMPETITIVA

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Mindfulness, Felicidad en el Trabajo y Ventaja Competitiva, tres conceptos que a lo mejor muchos puedan pensar que «chirrían» verlas juntas. Nada más lejos de la realidad. Voy a intentar explicarme.

Ventaja Competitiva

Las organizaciones encuentran fuentes de ventaja competitiva en muchos factores: la innovación, los costes, la localización, etc, y eso les permite seguir siendo competitivas a largo plazo, ya que una ventaja competitiva, por definición, debe de ser difícil de imitar y sostenible en el tiempo, sino no es una verdadera ventaja competitiva. Pues bien, cada vez estoy mas convencido de que las personas son “responsables” directas, o están en la base, de cualquier ventaja competitiva sostenible en el siglo XXI, un siglo caracterizado por entornos VUCA (acrónimo en inglés de Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) y altos niveles de estrés (uno de los principales factores generadores de bajas laborales y pérdidas de rendimiento laboral).

Si prescindimos de aquellas ventajas competitivas basadas en localizaciones privilegiadas, acceso a recursos controlados o entornos monopolísticos, está claro que las personas están en la base de la innovación, la creatividad, la eficiencia, el esfuerzo o el compromiso necesario para “sacar la cabeza” por encima de la media. Y las personas son capaces, y están dispuestas, a rendir por encima de la media a medida que experimentan mayores niveles de bienestar o felicidad en su puesto de trabajo, que no olvidemos es donde pasamos, como mínimo, la mitad del tiempo que permanecemos despiertos.

Felicidad

La felicidad ha sido objeto de estudio desde los tiempos más remotos, existen muchas aproximaciones y definiciones al respecto, y todas ellas tienen su interés. Ahora bien, siendo la felicidad un “multiconcepto” complejo y subjetivo,  y que tiene bastante que ver en como me siento en un periodo mas bien «largo» de tiempo,  hay un par de aspectos en el que la ciencia de la psicología en general está de acuerdo: hay un componente de disfrute, de “pasármelo bien” y otro de satisfacción más íntima, personal, de “estar bien conmigo mismo” y de “saber que lo que hago tiene sentido”. Digamos que engloba un componente más externo y otro más interno, duradero y capital . Y en el puesto de trabajo esto no es muy distinto, “juegan” también ese par de componentes. Podríamos definir la felicidad en el trabajo con la suma de expresiones como  “disfrutar con lo que hago”, “pasármelo bien” , «estar a gusto» a la vez que, y fundamentalmente, “sé que lo que hago es importante para mi, mi empresa y más allá y me llena”. Todo ello sin olvidar la capacidad necesaria para lidiar con cualquier tipo de adversidad e insatisfacción laboral y vital.

En un futuro post me extenderé más en el concepto de felicidad organizacional, que tiene que ver más con la capacidad de la organización para favorecer la felicidad en el trabajo como una ventaja competitiva que le permita conseguir sus objetivos de manera sostenible. La Felicidad Organizacional es, obviamente,  co-responsabilidad de la organización y los trabajadores; personas felices son la base de la Felicidad Organizacional.

 

Existen multitud de estudios acerca de la correlación positiva entre la felicidad en el trabajo y unas mayores tasas de salud y bienestar, resiliencia, gestión de adversidades, productividad, creatividad, innovación, fidelidad, compromiso etc, factores todos ellos que llevan, si o si, a un mayor rendimiento organizacional a corto, medio y largo plazo.

¿Y como podemos sentimos más felices en el trabajo, qué tiene que ocurrir? Pues bien, para sentirnos felices en el trabajo podemos poner el acento en tres o cuatro cosas que nos lo facilitará. Aspectos como el “encontrarle sentido a lo que hago” (“purpose” dirían en inglés), “estar comprometido con lo que hago” (engagement), tener capacidad de resiliencia (vuelta al equilibrio, capacidad de “surfear” los momentos de estrés) y un ambiente de reconocimiento y amabilidad laboral (kindness). Cuatro temas en los que me extenderé en otro post, hablando de ellos y de qué podemos hacer en las organizaciones para desarrollarlos.

Mindfulness

Lo que me interesa ahora para ir acabando el post es destacar que en la base de la mayor parte de estos cuatro factores nos encontramos con aspectos tales  como nuestra capacidad de estar atentos, focalizados, “aquí y ahora”, conscientes de lo que hacemos y queremos hacer, aceptación (que no resignación)  y mente abierta. Pues bien, acabo de utilizar los principales conceptos en la base de la definición del Mindfulness: atención, intención y no juicio. A mi me gusta usar la definición de Mindfulness que propone Jon Kabat-Zinn, creador del programa MBSR (siglas en ingles de Mindfulness-based Stress Reduction) y fundador del Center for Mindfulness de la Universidad de Massachusetts:

“El Mindfulness consiste en prestar atención de forma particular, con intención, al momento presente y sin juzgar” 

Podemos decir que, en general, el Mindfulness nos permite encontrar «una manera» más eficaz, saludable, agradable y optimista de transitar por la vida, tanto a nivel personal como laboral. Una manera más auténtica, humilde y con menos «máscaras». Y la fuerte irrupción y despliegue que está teniendo hoy en día en las organizaciones tiene, a mi juicio, un par de explicaciones: la primera es el impresionante avance que la neurociencia está suponiendo, permitiendo aportar un gran número de evidencias científicas de sus beneficios y, la segunda, debido a la creciente necesidad de las personas de “encontrar sentido” en un entorno social y organizacional cada vez más estresante y “deshumanizado”.

Y es por ello que desde hace unos años, las organizaciones están aplicando programas de Mindfulness, ya sea en sus ámbitos de Wellness Corporativo o para el desarrollo de un Liderazgo Consciente, con impresionantes resultados, suponiendo un verdadero «win» (para la organización) otro «win» (para la persona) y yo todavía me atrevería a incluir otro «win» (para la sociedad). Me extenderé un poco más en el “retorno” de aplicar Mindfulness en las organizaciones en un futuro post.

En definitiva, con la implantación de programas del Mindfulness las organizaciones contribuyen a la felicidad de sus empleados (no tan solo en el puesto de trabajo sino a su felicidad global, como personas), lo que a su vez contribuye a mejorar el rendimiento, la innovación,  el liderazgo, la colaboración y el bienestar personal y organizacional, todos ellos aspectos necesarios para competir “por encima de la media”.