LIDERAR (TE)

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Para liderar efectivamente necesitas liderar(te) primero.

Qué es liderar

Cuando hablamos de liderar estamos hablando, de alguna manera,  de nuestra capacidad de influencia, ya sea en nuestra vida personal o laboral, indistintamente del rol formal que ocupemos.

Existen muchísimas definiciones formales de Liderazgo, muchos autor@s que son verdader@s maestr@s al respecto y muchas miradas del mismo. No pretendo hacer aquí mención a ell@s, pero es evidente que, diga lo que diga, estará influenciado por todos ell@s.

Si me pregunto qué es, para mi, liderar, liderar efectivamente, me vienen a la cabeza las siguientes palabras/conceptos: influencia, camino, intención, imaginación, visión, determinación, escucha, comunicación, ejemplaridad, equipo, honestidad, congruencia….y si intento construir unas frases, podría decir que “liderar es conseguir algo (un objetivo, un “lo que sea”) a través de otros (tus colaboradores/amigos , etc., según sea el entorno) contando desde el principio con sus ideas/inquietudes/ …, teniendo una idea clara y determinada de lo que quieres conseguir, siendo flexible a la vez, … y todo ello mediante una muestra de honestidad, congruencia, ejemplo y capacidad de contagiar/entusiasmar”.

Liderar(se) primero

Pues bien, ya sea esta “definición” o cualquier otra parecida, diría que si no tienes claro lo que quieres, sino sabes escucharte desde lo mas profundo, si no eres sincero contigo mism@, sino reconoces y manejas adecuadamente tus emociones, sino cuentas con tus verdaderas capacidades, sino cuentas de verdad con los demás y te dejas vencer por tus por tus miedos, por tus creencias limitantes, por tus egos….tu capacidad de liderazgo estará en números rojos. Por eso creo que para liderar es necesario liderar(se) primero

Lideres sobresalientes 

Todos reconocemos a los buenos líderes. No hace falta que nos lo expliquen demasiado. En todos mis cursos e intervenciones siempre pregunto “qué define a un líder sobresaliente”, y las respuestas son casi siempre las mismas: su honestidad, congruencia, ejemplaridad, empatía, perseverancia, visión, ideas claras, capacidad de análisis, toma de decisiones, capacidad de comunicación (sobretodo escuchando de verdad)….Son casi todos ellas habilidades  relacionadas con nuestra Inteligencia Emocional, habilidades que algunas personas tienen mas desarrolladas que otras, pero que tod@s, absolutamente tod@s, tenemos la capacidad de desarrollarlas, mejorando así nuestra capacidad de liderazgo, empezando por nosotr@s mism@s. 

Inteligencia Emocional y el buen liderazgo

Y es aquí donde el Mindfulness juega un papel importante, como palanca clave para el desarrollo de la Inteligencia Emocional y por ende de nuestra capacidad de liderar-nos para liderar. Con el Mindfulness y el desarrollo de la Inteligencia Emocional establecemos una conexión clara, profunda y potente con nosotr@s mism@s, con nuestras fortalezas, con nuestros miedos también. Aprendemos a ser sinceros con nosotr@s. No nos podemos engañar. Aprendemos a aceptar (que no resignarnos), a estar a gusto con nosotr@s y con lo que nos sucede. Regulamos las emociones y las ponemos a trabajar en nuestro beneficio. Aprendemos de los errores, los infortunios y “nos levantamos” más rápido (somos más resilientes), escuchamos más, colaboramos más y mejor (gracias al desarrollo de la empatía) y valoramos las “enseñanzas” de la vulnerabilidad (no nos importa mostrarnos como somos, primero a nosotros mismos, y pedir ayuda cuando sea necesario ) y nuestros colaborador@s/amig@s lo aprecian. ¡No somos Superwoman/man y ell@s lo saben!.

o, si lo prefieres

EL MINDFULNESS NO HACE MILAGROS

Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace unos días, un cliente me decía: ¿podemos organizar un workshop de mindfulness de una tarde para que la gente de mi  departamento cometa menos errores y sea más productiva?. También recuerdo otro que me solicitó si podía darles una conferencia, ¡aunque fuera de 2 horas!,  para que sus mandos lideraran de manera más consciente. Y reflexionando sobre ello, me ha llevado a hacer este pequeño post. 

¡Dios mío, a donde hemos llegado!. El mindfulness no hace milagros , pero a veces parece que el mundo empresarial es lo que espera. Esto no funciona así. Es verdad que el mindfulness ayuda, entre otras cosas, a cometer menos errores y ser más efectivo, gestionar el estrés y llevar una vida más saludable, gestionar mejor tu comunicación y ser más empático, mejorar tus relaciones…pero todo esto lleva tiempo, y ¡mucha práctica!!. Esto va de cambiar hábitos y ser más consciente de lo que queremos y hacemos, por lo que no se cambia de la noche a la mañana. 

Como digo, estamos hablando de cambiar hábitos. Hábitos que seguramente llevamos muchos años con ellos, los tenemos muy enraizados, forman parte de nuestra manera de hacer y, a veces, «de ser», por lo que  necesitaremos voluntad  y paciencia. Y eso no quiere decir que no se pueda empezar con pequeños cambios, pequeños pasos, que nos animen y nos lleven a cambios mayores. 

Es verdad que una conferencia sobre Mindfulness puede captar el interés y hacer que los empleados, los directivos, los socios …se interesen por ello. También es cierto que un taller de una tarde o un día entero permite algo de práctica y un poco más de profundidad. Pero no nos engañemos, aprender, o mejor dicho, incorporar en nuestro día a día  aspectos como una mayor atención, ser capaz de estar más enfocado, no dejarse arrastrar por las emociones, ser más empático. y mantener unas mejores relaciones, por poner unos ejemplos, no es algo que podamos cambiar porque alguien nos lo explica o porque nos leamos un libro. Ya que entenderlo, todos lo entendemos, nuestra «cabeza» lo capta y lo acepta rápidamente. El problema está en que por mucho que lo entendamos y lo aceptemos, esto no es suficiente para cambiar. Para cambiar necesitaremos integrarlo en nuestro cuerpo-mente-corazón,  adoptar actitudes y patrones de conducta distintos, y esto requiere intención, disciplina, práctica y paciencia. 

Y si de lo que estamos hablando es de cambiar estilos de liderazgo, anhelando estilos más conscientes, humanos, positivos….necesitamos encarnarlo de verdad. No valen imposturas, máscaras, teatros… Nos lo tenemos que creer, con la cabeza y con el corazón, y lo tenemos que adoptar y encarnar con nuestra presencia y nuestros actos. Pasar a ser directivos más honestos, empáticos, atentos, compasivos y  también directivos mas eficaces, que toman mejores decisiones, que se equivocan menos, que gestionan adecuadamente sus emociones, que no saltan a la primera , que se respetan y respetan, que saben agradecer y perdonar, que se muestran vulnerables cuando toca y firmes cuando es necesario, que inspiran y, sobretodo, si quieren llegar a ser mejores líderes y personas, esto requiere tiempo y práctica. Y es verdad que el Mindfulness y todas sus técnicas asociadas pueden ayudar muy mucho. 

Los profesionales del mindfulness tenemos la gran responsabilidad de hacer pedagogía ante la sociedad y los clientes y, especialmente las empresas, que tienen la tentación de querer todos los cambio para ya. Aunque, afortunadamente,  no todos son iguales.

Ojo, ¡no prostituyamos el Mindfulness!

 

Vale la pena Invertir en Mindfulness en la Organizaciones

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Buen año,

Año nuevo , artículo nuevo, y buenas noticias para aquellos que os gustan los  datos.

El Mindfulness ha venido a las Organizaciones para quedarse

La implantación del  Mindfulness en las Organizaciones ha venido para quedarse. Si inicialmente tuvo una mayor implantación en ámbitos como el sanitario o el educativo, por poner dos ejemplos, hoy estamos viviendo una verdadera revolución en el campo empresarial. Los motivos son muchos, pero sin ninguna duda los avances en neurociencia que permite medir sus beneficios, el trepidante ritmo y nivel de incertidumbre al que estamos sometidos que provoca altísimos niveles de estrés, la manera como permite apalancar la Inteligencia Emocional y, por último, la necesidad de hacer de los entornos empresariales entornos más humanizados, son, a mi criterio, algunas de las razones.

Aunque seguirán, y cada vez más, habiendo abusos, tomaduras de pelo, frustraciones, etc, como ocurre en todos los ámbitos y más cuando existe todavía muy poca cultura y conocimiento de lo que es y de lo que se le puede pedir.

EE.UU. marca la pauta, como en casi todos los avances empresariales 

Si tomamos lo que está ocurriendo en EEUU como un indicador de lo que ocurrirá en nuestro país, no tengo ninguna duda: el mindfulness ha venido para quedarse.

Acabo de asistir a un par de congresos internacionales sobre Mindfulness y liderazgo Mindfulness en el trabajo y la verdad es que no he podido llegar a otra conclusión: “esto va en serio y va a mas”. Muchas de las ponencias fueron llevadas a cabo por CEOS, Presidentes…de compañías punteras, muchas de ellas de EEUU, en las que contaban sus experiencias. Desde cómo empezaron a nivel personal  hasta como han decidido implantar el Mindfulness en sus compañías, muchas de ellas multinacionales, con centros de trabajo diseminados por todo el mundo.

Los motivos esgrimidos para su implantación, no por expertos ni formadores, sino, repito, por parte de altos directivos y propietarios, iban desde la disminución del estrés de los empleados hasta la mejora del liderazgo de los directivos, pasando por aumentos en productividad, mayor foco, un incremento del bienestar personal y organizacional, disminución de la rotación o mayor compromiso, por mencionar tan solo algunas de las razones más importantes esgrimidas.

Invertir en Mindfulness vale la pena, tiene su ROI!!

Algunos de ellos, además de mostrar avances cualitativos también mostraron auténticos avances en determinados KPIs. Por lo tanto , para aquellos que dicen que lo que no se puede medir no existe, buenas noticias!!.

Un par de ejemplos:

SAP, (aunque no es de matriz americana, estaba en estos congresos explicando su experiencia 🙂 ) es una de estas compañías que dice haber recuperado en un 200% la inversión efectuada. En 2018, mas de 6000 empleados habían pasado por entrenamientos de Mindfulness, adquiriendo habilidades para reducir el estrés,  ganar en foco, empatía, comunicación y resiliencia. Reduciendo además el absentismo y mejorando el “engagement”. Según SAP, el incremento de un 1% en “employee engagement”  supone un incremento de entre 50 y 60 millones de beneficio operativo. Y un 1% de incremento en su “business health culture index” hace mejorar sus beneficios entre 85 y 95 millones de euros. SAP mide antes del training en mindfulness y 6 meses después de adquirir las habilidades. Toma en consideración indicadores como el “engagement”, el foco, la productividad, el estrés y bienestar, la capacidad para construir relaciones, comunicarse efectivamente y colaborar de manera productiva.

Otro caso es el de Aetna, uno de los proveedores de beneficios de salud más importantes de EEUU y a nivel mundial (Fortune 100 company en EEUU). Ha desarrollado un programa de mindfulnes diseñado para enseñar a los empleados a como llevar a cabo, entre otras técnicas,  pequeños breaks para centrarse a través del yoga y la meditación, por la que han pasado más del 25% de su plantilla de 50.000 empleados. Y nuevamente ahí van unos datos: disminución del 28% de los niveles de estrés, mejoras del 20% en la calidad del sueño, y disminución del 19% de los índices de dolor físico. De media, los empleados que participaron en los programas ganaron 62 minutos de productividad a la semana (unos 3.000 dólares de incremento medio en productividad por empleado y año) entre otros datos.

Y así podríamos seguir….pero no me haré pesado:)

Mindfulness e Inteligencia Emocional

Si hace años que la Inteligencia Emocional ya no plantea dudas en cuanto a su contribución para con el buen desempeño empresarial, lo que si es más dudoso es cómo realmente esta se adquiere, mejora y es puesta en práctica.

Pues es aquí donde el Mindfulness juega un papel fundamental. Es mediante el mindfulness como podemos realmente avanzar en aspectos de la Inteligencia Emocional tan claves para el liderazgo empresarial como son un mayor nivel de autoconocimiento y autoconciencia, una mayor capacidad de gestionar las propias emociones,  adquirir mayor motivación, empatía y habilidades sociales y de relación. Aquí el Mindfulness es la clave, el mindfulness nos ayuda a pasar de la teoría a la práctica, de entenderlo a hacerlo: por fin!!

Por lo tanto, aparte de aportar mejoras en aspectos como el nivel de estrés, el bienestar y el absentismo laboral, mediante el Mindfulness podemos también hacernos líderes más conscientes, empáticos, compasivos y creativos. Líderes capaces de tomar mejores decisiones, de escuchar a nuestros colaboradores, clientes, proveedores etc, líderes más creativos, positivos y optimistas. Y todo ello sin olvidar que el mindfulness nos hará mejorar como personas. Y siendo mejores líderes y personas podremos poner nuestro granito de arena para hacer de este mundo, un mejor mundo!!

Sugerencias para empezar

 1-Empezar por las altas esferas. Si eres alto directivo o miembro del comité de dirección y estas leyendo este artículo, la recomendación va para ti (y si no eres no te preocupes, házselo llegar 🙂 ). Lo ideal es empezar desde arriba, miembros del comité, principales directivos de la compañía…probarlo, vivirlo, comprobar que funciona….y a partir de ahí estudiar cual es la mejor manera de difundirlo por la organización.

2-Si has decidido hacerlo, empieza por una pequeña conferencia-tallery, si te convence, apuesta por una formación extensiva en el tiempo. Esto va de cambiar hábitos, y para ello no hay milagros, sino constancia y práctica.

Ejercicio/práctica sencilla

Y para terminar, te propongo que adquieras el siguiente hábito. Cada vez que tengas que entrar a una reunión importante tómate 3 minutos antes de entrar: párate, no hagas nada, concéntrate en tu respiración, si puede ser por la nariz mejor (observas como entra y como sale, sin forzarla, tan solo observándola sea como sea, sin juzgarla), si puedes, mejor con los ojos cerrados (sino levemente entornados), permanece así un par de minutos y antes de acabar dite a ti mismo, varias veces, cual es la principal intención que tienes para la misma, y se fiel a ella, ahh! y no te olvides de escuchar atentamente a tus colegas durante la reunión.

Hasta el próximo post

Joan

Mindfulness, felicidad en el trabajo y ventaja competitiva.

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Mindfulness, Felicidad en el Trabajo y Ventaja Competitiva, tres conceptos que a lo mejor muchos puedan pensar que «chirrían» verlas juntas. Nada más lejos de la realidad. Voy a intentar explicarme.

Ventaja Competitiva

Las organizaciones encuentran fuentes de ventaja competitiva en muchos factores: la innovación, los costes, la localización, etc, y eso les permite seguir siendo competitivas a largo plazo, ya que una ventaja competitiva, por definición, debe de ser difícil de imitar y sostenible en el tiempo, sino no es una verdadera ventaja competitiva. Pues bien, cada vez estoy mas convencido de que las personas son “responsables” directas, o están en la base, de cualquier ventaja competitiva sostenible en el siglo XXI, un siglo caracterizado por entornos VUCA (acrónimo en inglés de Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) y altos niveles de estrés (uno de los principales factores generadores de bajas laborales y pérdidas de rendimiento laboral).

Si prescindimos de aquellas ventajas competitivas basadas en localizaciones privilegiadas, acceso a recursos controlados o entornos monopolísticos, está claro que las personas están en la base de la innovación, la creatividad, la eficiencia, el esfuerzo o el compromiso necesario para “sacar la cabeza” por encima de la media. Y las personas son capaces, y están dispuestas, a rendir por encima de la media a medida que experimentan mayores niveles de bienestar o felicidad en su puesto de trabajo, que no olvidemos es donde pasamos, como mínimo, la mitad del tiempo que permanecemos despiertos.

Felicidad

La felicidad ha sido objeto de estudio desde los tiempos más remotos, existen muchas aproximaciones y definiciones al respecto, y todas ellas tienen su interés. Ahora bien, siendo la felicidad un “multiconcepto” complejo y subjetivo,  y que tiene bastante que ver en como me siento en un periodo mas bien «largo» de tiempo,  hay un par de aspectos en el que la ciencia de la psicología en general está de acuerdo: hay un componente de disfrute, de “pasármelo bien” y otro de satisfacción más íntima, personal, de “estar bien conmigo mismo” y de “saber que lo que hago tiene sentido”. Digamos que engloba un componente más externo y otro más interno, duradero y capital . Y en el puesto de trabajo esto no es muy distinto, “juegan” también ese par de componentes. Podríamos definir la felicidad en el trabajo con la suma de expresiones como  “disfrutar con lo que hago”, “pasármelo bien” , «estar a gusto» a la vez que, y fundamentalmente, “sé que lo que hago es importante para mi, mi empresa y más allá y me llena”. Todo ello sin olvidar la capacidad necesaria para lidiar con cualquier tipo de adversidad e insatisfacción laboral y vital.

En un futuro post me extenderé más en el concepto de felicidad organizacional, que tiene que ver más con la capacidad de la organización para favorecer la felicidad en el trabajo como una ventaja competitiva que le permita conseguir sus objetivos de manera sostenible. La Felicidad Organizacional es, obviamente,  co-responsabilidad de la organización y los trabajadores; personas felices son la base de la Felicidad Organizacional.

Existen multitud de estudios acerca de la correlación positiva entre la felicidad en el trabajo y unas mayores tasas de salud y bienestar, resiliencia, gestión de adversidades, productividad, creatividad, innovación, fidelidad, compromiso etc, factores todos ellos que llevan, si o si, a un mayor rendimiento organizacional a corto, medio y largo plazo.

¿Y como podemos sentimos más felices en el trabajo, qué tiene que ocurrir? Pues bien, para sentirnos felices en el trabajo podemos poner el acento en tres o cuatro cosas que nos lo facilitará. Aspectos como el “encontrarle sentido a lo que hago” (“purpose” dirían en inglés), “estar comprometido con lo que hago” (engagement), tener capacidad de resiliencia (vuelta al equilibrio, capacidad de “surfear” los momentos de estrés) y un ambiente de reconocimiento y amabilidad laboral (kindness). Cuatro temas en los que me extenderé en otro post, hablando de ellos y de qué podemos hacer en las organizaciones para desarrollarlos.

Mindfulness

Lo que me interesa ahora para ir acabando el post es destacar que en la base de la mayor parte de estos cuatro factores nos encontramos con aspectos tales  como nuestra capacidad de estar atentos, focalizados, “aquí y ahora”, conscientes de lo que hacemos y queremos hacer, aceptación (que no resignación)  y mente abierta. Pues bien, acabo de utilizar los principales conceptos en la base de la definición del Mindfulness: atención, intención y no juicio. A mi me gusta usar la definición de Mindfulness que propone Jon Kabat-Zinn, creador del programa MBSR (siglas en ingles de Mindfulness-based Stress Reduction) y fundador del Center for Mindfulness de la Universidad de Massachusetts:

“El Mindfulness consiste en prestar atención de forma particular, con intención, al momento presente y sin juzgar” 

Podemos decir que, en general, el Mindfulness nos permite encontrar «una manera» más eficaz, saludable, agradable y optimista de transitar por la vida, tanto a nivel personal como laboral. Una manera más auténtica, humilde y con menos «máscaras». Y la fuerte irrupción y despliegue que está teniendo hoy en día en las organizaciones tiene, a mi juicio, un par de explicaciones: la primera es el impresionante avance que la neurociencia está suponiendo, permitiendo aportar un gran número de evidencias científicas de sus beneficios y, la segunda, debido a la creciente necesidad de las personas de “encontrar sentido” en un entorno social y organizacional cada vez más estresante y “deshumanizado”.

Y es por ello que desde hace unos años, las organizaciones están aplicando programas de Mindfulness, ya sea en sus ámbitos de Wellness Corporativo o para el desarrollo de un Liderazgo Consciente, con impresionantes resultados, suponiendo un verdadero «win» (para la organización) otro «win» (para la persona) y yo todavía me atrevería a incluir otro «win» (para la sociedad). Me extenderé un poco más en el “retorno” de aplicar Mindfulness en las organizaciones en un futuro post.

En definitiva, con la implantación de programas del Mindfulness las organizaciones contribuyen a la felicidad de sus empleados (no tan solo en el puesto de trabajo sino a su felicidad global, como personas), lo que a su vez contribuye a mejorar el rendimiento, la innovación,  el liderazgo, la colaboración y el bienestar personal y organizacional, todos ellos aspectos necesarios para competir “por encima de la media”.

Gracias y hasta el próximo post!!

 

Felicidad y Liderazgo Consciente

Hola a tod@s de nuevo,

Despues del post de presentación del Blog y una vez pasado el verano, os traigo  ahora mi primer post.

Y como este Blog empieza justo ahora a caminar, me gustaría iniciarlo haciendo referencia a las palabras que dan sentido a la Web de la que forma parte este Blog:  BienestarFelicidad y Liderazgo Consciente. Y para ello retomo parte del texto de la presentación de la Web.

Bienestar y Felicidad

Los años que llevo practicando la meditación y el trekking de alta montaña me han enseñado dos cosas: la primera es que si nos escuchamos, nos respetamos y, sobre todo, que si tenemos ilusión y queremos, podemos. Y la segunda, que la felicidad está en el camino. En las bajadas y también en las subidas, en los terrenos suaves y en los pedregosos, en los momentos agradables y también en los de frío, calor, lluvia… Porque la felicidad está tanto en el reír como en el llorar, en la alegría y también en la tristeza, en la angustia, en el temor, en la rabia y también en la serenidad y la calma.

He aprendido que la felicidad no se busca, sino que está en caminar conscientemente por la vida, con un propósito. Está en caminar por todo tipo de “terrenos” y situaciones, aceptando lo que ocurre (que no resignarse), mirando a los cambios/retos con optimismo, con mente abierta, sin juzgar  y, sobretodo, el bienestar y la felicidad está en no perder la ilusión por caminar.

Felicidad Organizacional

Y las organizaciones no son más que personas. También muchas otras cosas, ya lo sé, pero lo más importante, lo que marca la diferencia, lo que no se puede copiar son sus personas y “parece que por fin lo hemos descubierto”. Y las empresas que han decidido actuar recogen sus frutos: personas felices hacen equipos y organizaciones felices. ¿Y que quiero decir con organizaciones felices?: pues organizaciones donde las personas están en primer lugar, se sienten valoradas y valoran, se sienten escuchadas y escuchan, se comprometen, disfrutan de su responsabilidad y se sienten orgullosas de donde trabajan. En definitiva, se lideran para liderar. El resultado es claro y enriquecedor: personas más eficaces y comprometidas, cultura más fuerte,  mejores resultados y beneficios más sostenibles. Y para todo ello es necesario contar con nuevos liderazgos: liderazgos conscientes.

Inteligencia Emocional y Liderazgo Consciente

El Mindfulness nos ayuda al desarrollo de la Inteligencia Emocional y liderazgos Conscientes, un liderazgo que se fundamenta en el conocimiento de uno mismo,  el cultivo de las capacidades innatas de la persona, en centrar su atención en lo verdaderamente importante, en saber gestionar todas sus emociones, en ver con claridad lo “que tiene delante” y conectarcon las personas, para poder así tomar decisiones más conscientes, creativas y eficaces, decisiones donde todos ganan: la persona, la organización y la comunidad en la que impactan.

Es por todo ello que, desde hace un tiempo, dedico también mi vida profesional a facilitar procesos que permitan a las personas liderar-se para liderar. Eso es, liderar-se primero ellos para luego poder liderar conscientemente sus entornos, sus relaciones, equipos y organizaciones. Para ser ser más conscientes, más eficaces, mas comprometid@s, y a sentirse más satisfech@s, saludables y, en definitiva, felices con lo que hacen y lo que son. Y así….yo también soy más feliz!!.